La regulación de las relaciones laborales pasará a ser competencia de los agentes sociales y empresariales libres y democráticos, que resulten elegidos por los trabajadores en las elecciones sindicales que, en su momento, determinarán la composición de los comités de empresa. En esta materia se seguirán las directrices de la OIT y que se aplican en la mayoría de los países del mundo. El objetivo será garantizar la empleabilidad de los trabajadores sentando las bases de un mercado laboral flexible, competitivo y eficiente en su funcionamiento, con salarios adecuados a la productividad y el desempeño que estimulen la actualización de conocimientos y habilidades. Los trabajadores tendrán derecho a una pensión del sistema de seguridad social cuando llegue la edad de retiro, pero aquellos que lo deseen podrán continuar trabajando, compatibilizando la pensión.