La salud es cosa de todos. Todos tienen derecho al servicio de salud y las personas deben asumir una responsabilidad personal en utilizar los medios a su disposición para mantener una vigilancia continua de su salud, como elemento fundamental del bienestar y progreso social. La salud se prestará como servicio público, incluyendo medicamentos, por entidades dependientes del estado y por la iniciativa privada.
En aquellos casos que resulte necesario, se apostará por la cooperación pública y privada, como en la industria biofarmacéutica, que se privatizará para su plena inserción en las cadenas internacionales. Se promoverá la oferta privada en el turismo de salud y el turismo de tercera edad, dentro del producto turístico nacional. Los profesionales sanitarios cubanos tendrán absoluta libertad de establecimiento por cuenta propia y podrán recibir inversiones extranjeras, asociándose con compañías internacionales.